La Policía Nacional ha tenido que reforzar esta mañana la seguridad en el aeropuerto de Barajas tras un motín ocurrido ayer sobre las 19:00 en una de las salas de asilo, donde setenta y cinco inmigrantes mauritanos se rebelaron e intentaron huir al recibir la noticia de que se les había denegado la petición de asilo.
Los agentes que los custodiaban se vieron desbordados, por lo que tuvieron que acudir refuerzos de otras unidades para controlar la situación. Afortunadamente, con la mediación de un intérprete, los agentes lograron controlar la situación sin que hubiera que lamentar ningún herido y sin que lograra escapar ninguno de los amotinados.
El sindicato CEP (Confederación Española de Policía) ha advertido de la necesidad de aumentar la dotación policial en el aeropuerto para poder controlar estas situaciones desde el principio, sin riesgos para los agentes.