El próximo 29 de abril se cumplen seis meses de la violenta DANA que arrasó buena parte de la provincia de Valencia, dejando 228 fallecidos y miles de damnificados. Uno de los momentos más simbólicos ocurrió el 3 de noviembre, cuando Pedro Sánchez tuvo que abandonar Paiporta en medio de una fuerte tensión vecinal, algo que el presidente parece no perdonar. Desde entonces, no ha vuelto a pisar ninguna de las zonas afectadas.

En estos seis meses, Sánchez solo ha regresado dos veces a la capital valenciana. El 23 de enero presidió una reunión interministerial con alcaldes, aunque sin invitar al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. El 3 de febrero volvió para inaugurar el congreso del PSPV, sin visitar municipios damnificados ni reunirse con vecinos o víctimas.

En los municipios afectados, la sensación de abandono institucional se ha ido consolidando. Las asociaciones vecinales y plataformas de afectados denuncian la lentitud en la llegada de las ayudas y la falta de planificación ante futuras emergencias climáticas.

Carlos Mazón envió una carta al presidente el 15 de abril, proponiendo una comisión mixta para coordinar ayudas y reconstrucción. La misiva sigue sin respuesta, algo que los vecinos afectados perciben como otra señal de abandono.

En contraste, varios alcaldes socialistas han mantenido su compromiso con los afectados. Pero la falta de implicación directa de Sánchez ha provocado un desgaste visible, especialmente tras su ausencia en la misa funeral del 9 de diciembre.

La gestión se ha delegado a Pilar Bernabé, pero el silencio del presidente ha generado frustración. A seis meses del desastre, su figura aparece seriamente erosionada en la Comunidad Valenciana.