El fenómeno de la legalización del cannabis es un hecho que se ha globalizado, o por lo menos, puesto a debate en todas las sociedades occidentales. Los lobbies cannábicos cada vez ejercen más presión junto a los partidos de izquierda radical y de derecha moderada, que pese a las consecuencias podrían tener sus medidas, únicamente miran su impacto económico. Es más, la propia ONU sacó el cannabis de su listado de drogas peligrosas y recomendó su uso medicinal, a pesar de los muchos estudios sobre sus consecuencias y la gran expansión que ha tenido entre los más jóvenes.

En España estos lobbies fueron creciendo en correlación al auge de algunos partidos, llegando incluso a realizar varias concentraciones de fumadores que exigían su legalización mientras consumían marihuana en pleno centro de Madrid. En 2021 el Círculo Sectorial Estatal Podemos Cannábico fue el primero en llevar un documento con una propuesta para regular el cannabis medicinal y de uso adulto, y al martes siguiente Esquerra Republicana y Más País registraron otras dos propuestas de ley con el mismo fin, pero poco tardó Ciudadanos en reivindicar que ellos fueron los primeros en impulsar dicha cuestión, aunque más tarde fueron desechadas por el Senado.

Hasta el momento, la legalización es una cuestión que se encuentra en el aire por el gran impacto económico que supone, pero más allá de este, se pueden analizar las consecuencias  que pueden acontecer, evidentemente en cada país se dan unas características concretas que crean problemáticas distintas, pero otras, atacan de forma similar en las sociedades.

 En los estudios realizados sobre las consecuencias de la legalización en diversos estados de EEUU, se muestran datos alarmantes: aumento del consumo entre jóvenes de 12 a 17 años, las tasas de adicción se duplican, el número de accidentes de tráfico relacionados con la marihuana se dispara, la crisis de opioides es mayor en los estados que está legalizada. Esto se debe a que existe una clara correlación entre el consumo de marihuana y una mayor propensión a depender también de otras sustancias, lo que implica un aumento de la criminalidad en diversas ramas o el propio tráfico de marihuana legal a otros estados donde no está legalizada.

Detrás de estas medidas se encuentran capitales extranjeros ejerciendo presión y buscando enriquecerse a costa de la salud de los trabajadores. Los lobbies más potentes son Altria (Phillips Morris, Marlboro), Imperial Brands (Winston), OxyContin o Constellation Brands (cerveza Corona), que financian organizaciones como Marijuana Policy Project para ejercer presión sobre la legalización y limpiar así sus nombres.