Ha llegado el día. Jesús Muñoz Guerra ha sido despedido de la Agencia Antidopaje Española. El responsable de realizar las pruebas antidopaje que fueron blanqueadas sigue el camino de su jefe, José Luis Terreros. Guerra será cesado en la próxima reunión del Consejo Rector de la AEA.

El cerebro químico de la operación blanqueaba los resultados de los análisis para evitar los resultados positivos. Desde el año 2014, junto a Terreros, era el responsable del traslado de las muestras a los laboratorios. Antes de su entrada en la zona de análisis, con la ayuda de sus intermediarios y asalariados, modificaban las muestras sin levantar sospechas. El cambio de las muestras negativas había comenzado.  Con el bote modificado, los documentos eran el escollo final. Para no levantar sospechas, Muñoz Guerra falsificaba los archivos y los verdaderos quedaban guardados en un cajón. El proceso se repitió durante seis años.

Un juicio rápido

La fiscalía madrileña señaló a Guerra por un presunto delito de falsificación de documentos en el mes de enero. Con la llegada de la influencia de la Agencia Mundial Antidopaje para reconducir la imagen en el seno de la Federación Española, el juez ha ordenado su imputación. El expediente manchado era el de un maratoniano, donde se exponía que la prueba había sido realizada por dos comisarios, cuando solamente uno de ellos había participado. Dicho comisario era el intermediario que validaba las pruebas negativas.

Muñoz Guerra, quien aguarda su despido, ya se opuso a la colaboración de la Agencia Internacional de Test en los Juegos de Río de Janeiro. Además, bajo su mandato, se eliminó la nueva propuesta de la Agencia Internacional para los Juegos de París. Unos juegos donde España quedará exenta de las pruebas antidopajes de la Agencia. Por su parte, Muñoz Guerra arranca su calvario judicial junto a Terreros.