Este verano ha sido uno de los mejores años para el turismo para España, y entre otras consecuencias también ha supuesto un elevado incremento de los aterrizajes de avión privado en el país. La cifra de aviones privados que se dirigieron a aeropuertos españoles solo es superada muy ligeramente por Francia.  El 25% de los jets privados que volaron en Europa durante el año pasado llegaron a España. Esto supone 27.122 vuelos privados solo durante el año 2023

Los vuelos se dirigen hacia nueve aeródromos españoles, principalmente Son San Joan, en Palma de Mallorca. Solo este aeropuerto ya concentra 7.502 aterrizajes de esta categoría. Le siguen el aeropuerto de Ibiza y Málaga, estando estos tres entre los cinco más transitados en vuelos privados de Europa. También ocupan altas posiciones Barcelona (en el puesto 9), Menorca (28), Las Palmas de Gran Canaria (38). Alrededor del 74% de estos aviones corresponden a vuelos internacionales.

En cuanto a las salidas de jets privados, el orden es Madrid–Barajas (1.922 salidas), el aeropuerto de Ibiza (1.894), Palma de Mallorca (1.693), el de Barcelona-El Prat (1.457) Málaga (1.346). Es decir, aunque la cifra más alta de vuelos corresponde a vuelos procedentes del extranjero aterrizando en los lugares más turísticos del país, un elevado número de vuelos privados salen de España con distintos destinos.

Un aumento de las emisiones

Un vuelo medio en jet privado emite casi tanto carbono como la que emite un ciudadano medio europeo en su uso de energía. El conjunto de los 27.122 vuelos en jets privados generó en torno a 134.000 toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de alrededor de 89.300 coches con motor de combustión

Hace ya algún tiempo que AENA ,la empresa pública de gestión los aeropuertos, no facilita públicamente los datos de las operaciones de este tipo de vuelos privados, precisamente por la mala opinión pública que genera este tipo de viajes.

Existen muchos vuelos privados en jets o aviones en propiedad, ejemplos de ello son los vuelos de mandatarios en aviones «públicos» tipo Airforce o Falcon en España. También existen propietarios grandes figuras de la música, el deporte o multimillonarios. Según los datos de las empresas fabricantes en el mundo hay 20.000 jets privados en activo, de los cuales un 67% están en Estados Unidos y el 11% en Europa. Y según el sector las ventas de este tipo de aviones también están creciendo.

Sin embargo, en su mayoría son viajes de alquiler, que tienen un precio mínimo de 8.000 euros por viaje, pero obviamente el rango de precios es muy variado.  Curiosamente este tipo de alquiler tiene un IVA del 21% (como una lavadora, una cerveza, una entrada de cine, la cuota del gimnasio o consultar a un abogado) y no pagan impuesto de queroseno.

Algunas asociaciones de defensa del medio ambiente están elevando el tono de las críticas ante este tipo de aviación. No obstante, en el corto plazo no parece ni que la UE ni el gobierno vayan a implantar medidas para reducir estos vuelos o implementar algún gravamen.

Esto resulta bastante curioso ya que, no hace tanto tiempo, la viceministra Yolanda Diaz propuso un acuerdo para la reducción de los vuelos cortos nacionales en rutas que tuvieran una alternativa en tren de menos de dos horas y media con el fin de remediar la  «emergencia climática». O que a partir de enero de 2004 coches con etiqueta B y C tuvieran restricciones a la circulación en algunos núcleos urbanos o grandes multas por circular en zonas de bajas emisiones a coches sin etiqueta medioambiental. Una «ecología» que parece ser solo debe resolverse por un sector de la población.