La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien apenas se ha dejado ver desde la DANA, fue presentada por su partido tras las pasadas elecciones europeas como candidata a comisaria de la UE, concretamente como Comisaria de Transición Limpia, Justa y Competitiva. 

Este movimiento de la política española hacia una posición de gran poder dentro de la UE, se «vendió» como un logro del PSOE y un honor para el país. Parecía una muestra de la buena posición de España en las instituciones europeas, al ser la primera mujer española con alta responsabilidad en los órganos de gobierno comunitarios. La realidad es que otra mujer española ya ocupó un puesto de alto rango en la UE, concretamente Loyola de Palacio, quien ocupó el cargo de vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de las Relaciones con el Parlamento Europeo, y comisaria de Transportes y Energía, entre los años 1999 y 2004.

El proceso para llegar a ser Comisario Europeo es un proceso lógicamente complejo y delicado por la responsabilidad que conlleva. Este comienza cuando la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, presenta la «Propuesta del Colegio de Comisarios 2024-2029», en la que se incluyen a los 26 candidatos para las distintas posiciones con sus méritos y currículos.

Después, la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento examina la declaración de intereses de los candidatos, con el fin de descartar que haya algún posible conflicto de intereses económicos, requisito obligatorio para poder ser evaluado. A continuación, tienen lugar las audiencias, que comenzaron el pasado 4 de noviembre y se extenderán hasta el día 12.  Cada candidato es evaluado por una o varias comisiones parlamentarias, según la cartera. Los candidatos pueden no ser aprobados por la audiencia, caso en el que podrían ser retirados y reemplazados por otros.

En estas comisiones se comprueba si están capacitados para los cargos a los que han sido propuestos. Los eurodiputados valoran si los comisarios designados tienen la independencia, competencias y compromiso europeo necesarios para formar parte del nuevo Colegio de Comisarios.

Antes de las audiencias, los candidatos han de responder por escrito a una serie de preguntas que plantean las comisiones parlamentarias. Los currículos de los candidatos, las referencias a sus carteras y las respuestas a estas preguntas están publicadas en la web del Parlamento previamente a la sesión de audiencia.

Durante la sesión, los presidentes de comisión y los representantes de los grupos políticos evalúan a cada candidato y escriben después una carta de evaluación. Se les puede pedir a los candidatos que respondan por escrito a más preguntas o pueden ser invitados a una nueva audiencia. 

Si un comisario no obtiene el visto bueno, el Estado miembro del que procede puede retirar la candidatura y presentar otro nuevo candidato, previo acuerdo con el presidente de la Comisión. Una vez acabado el proceso de audiencia y con los candidatos aprobados, el Parlamento celebra una votación en pleno para aprobar o rechazar la Comisión en su conjunto.

No es lo habitual, pero puede darse el caso de que el Parlamento solicite la reorganización de carteras o el reemplazo de candidatos debido a que presenten conflictos de intereses o que no convenzan a los eurodiputados.

Pero hay casos, como en el año 2004 cuando Joao Manuel Durão Barroso reemplazó a dos comisarios. En 2010, la postulante búlgara al comisionado de Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a Crisis tuvo que retirarse tras su audiencia. En 2014, la candidata eslovaca no obtuvo apoyo como Vicepresidenta de la Comisión para la Unión Energética, y el candidato húngaro no logró ocupar la Comisión a la que aplicaba, siendo ésta modificada. En 2019, se plantearon conflictos de intereses con el candidato húngaro y la candidata rumana.

Algunos candidatos ya han comenzado con sus procesos de evaluación desde el pasado día 4, cuando comenzaron estas sesiones de examen. Teresa Ribera se someterá a este «examen», denominado oficialmente «audiencia de confirmación», el próximo martes a las 18:30 horas.  Su sesión tendrá una duración de 3 horas y será transmitida en directo por la página web del Parlamento Europeo.

Lo que parecía un «mero trámite» para la ministra en su camino hacia la posición de comisaria europea puede verse entorpecido, ya que su Ministerio y su gestión están claramente en el punto de mira tras las recientes inundaciones en Valencia. El próximo día 12, durante su audiencia, se verá si es preguntada por estas cuestiones y si se tendrán en cuenta para validarla como Comisaria.