El pasado domingo 21 se celebraron elecciones al Parlamento Vasco. Con una participación del 62%, según datos oficiales del Gobierno Vasco, lo que supone una importante mejora con respecto a las últimas elecciones del 2020 que se situó en un 51%
Los dos partidos independentistas han alcanzado los mismos 27 escaños, aunque el PNV ha obtenido más votos (35% frente al 32% de Bildu) pero se podría decir que el claro ganador ha sido Bildu. Su evolución ha sido muy notable pasando de 21 escaños en 2020 a los 27 de 2024. En parte se debe al batacazo de Podemos (que pierde sus 6 escaños), del incremento de participación y, aunque parezca extraño, de votantes del PNV, que pierde 4 escaños
Su éxito ha sido tal que hasta en el pequeño pueblo guipuzcoano de Orexa todos los votos han sido para Bildu. Es anecdótico ya que el pueblo tiene 84 habitantes con derecho a voto, de los que votaron 64, siendo el único partido votado Bildu con 60 votos y el resto en blanco o nulos.
Realmente este grado de acuerdo daría para una película de Berlanga, pero la realidad es que gran parte del éxito y del crecimiento de este partido viene del ámbito rural, de los pueblos de menos de 1.500 habitantes.
Sin embargo, ha sido en las tres capitales vascas donde los partidos no independentistas han tenido algo más de peso que en el conjunto de la Comunidad Autónoma. Así en Vitoria el PSOE y el PP han obtenido el 18% de los votos cada uno, En Bilbao PP consigue el 13% y PSOE el 15%, mientras que en San Sebastián el PP obtiene un 12% y el PSOE el 15% del apoyo de los votantes, destacando que los dos partidos han crecido en las capitales con respecto a las elecciones de 2020
Sin embargo, donde el voto nacionalista tiene su mayor presencia (hasta el punto de que el resto de los partidos tiene una presencia ínfima) y donde la ventaja es más acusada entre Bildu y el PNV es en el ámbito más rural en los pequeños pueblos de hasta 1500 habitantes.
Es muy destacable que en la mayoría de los municipios de 1500 habitantes o menos la participación ha sido más alta que la media del País Vasco. Pueblos como Zalduendo (Álava), Nabarniz (Vizcaya) superan el 80% de participación y otros muchos otros están en torno al 75%. La situación es clara en estos pueblos o se vota a Bildu o se vota a PNV o no se vota.
En absolutamente todos estos municipios Bildu ha crecido en votos con respecto a 2020, obteniendo mas del 60% de los votos en municipios de Vizcaya como Ajangiz, Amoroto,Arantzazu, Aulesti, Dima , Gizarabua, Munitibar, Nabarniz, Otxandio y Ubide. O los guipuzcoanos Altzo,Amezketa, Baliarrain, Berrobi, Elduain; Errezil, Itsaondo, Orendain y Zaldibia. En un número considerable de estos pequeños municipios Bildu ha robado el liderazgo en votos al PNV si se compara con las anteriores elecciones.
Como hecho anecdótico se ha de mencionar que en La Guardia pueblo alavés con 1117 habitantes con derecho a voto (y una participación en estas elecciones del 74% ) ha sido el único municipio de todo el País Vasco donde el PP ha sido el partido con más votantes (248). Sólo 5 votos más que PNV, pero que hacen que este municipio se convierte en una especie de «la aldea Gala de Asterix» pero ubicado en Álava
En los municipios principales, de mayor tamaño sin ser capitales como Llodio hay mayor pugna entre los dos partidos independistas y hay más peso del «españolista» PSOE (PSOE 12% de los votos y empate PNV-Bildu), Amorebieta (10% votos para el PSOE y 44% para PNV), Bermeo (47% PNV), Durango (PSOE 10% de votos y 42% para PNV), Getxo (10% PSOE y 43% para PNV) o Leioa (14% PSOE, 41% PNV). Es destacable que, según datos del INE, el 57% de los municipios del País Vasco tienen menos de 2.000 habitantes.
Estos datos desmontan un poco el discurso de Bildu, en el que se erigen como el partido progresista, del cambio, de los jóvenes…. Y la realidad nos muestra el peso que ha tenido el voto rural o de los pequeños pueblos en el éxito y crecimiento de Bildu. Múltiples pueden ser las razones para estos resultados: posible voto del miedo en pequeños municipios (herencia de tiempos pasados), un cierto elitismo del PNV hacia el campo, una concentración de voto en personas más mayores (porque cuesta creer que pese a lo que diga Bildu de su éxito entre la juventud en estos municipios pequeños haya gran cantidad de jóvenes). También puede unírsele un cierto hartazgo de las ciudades y los municipios grandes de los discursos «progre» y «woke» porque no olvidemos que Bildu además de independentista se erige como el partido «progre» en el que en su programa insiste en las ya manidas tesis de ecología y feminismo (tal y como las entiende la progresía).
