Una vez más la sanidad en los lugares más recónditos queda fuera del mapa político. Los principales partidos, una vez se consagran en el poder, olvidan sus promesas y su cometido, que es el de servir al ciudadano. Prefieren evadirse de la realidad en su hemiciclo, que cada vez tiene menores argumentos, o simplemente entrar en disputas que no interesan a los trabajadores. La última «polémica» viene referida con las festividades navideñas. El Ayuntamiento de Madrid difundió una publicación, donde aparecía el rey Baltasar «pintado de negro y con un marcado acento» felicitando el día de Reyes Magos y el gobierno ha estallado tachándolo de racismo y prácticamente un crimen.  Y como este caso hay miles. 

Seguramente al señor que viva en Irueste (Guadalajara), donde el médico va dos veces al mes- o la abuela que roza los noventa años y vive en Villanueva de Gormaz (Soria), sentirán una profunda rabia al escuchar estas noticias. Y es que no son casos aislados, ya que, en España, existen personas que tienen un hospital a más de una hora de su residencia.

El abandono predominante

El éxodo rural fue el principio del fin para muchos pueblos. Los jóvenes se marcharon a las ciudades en busca de una vida mejor y poco a poco los pueblos fueron envejeciendo y perdiendo su población. En el año 2021, el Banco de España publicaba un estudio sobre la situación. Lo más preocupante venía dado por el número de pueblos en riesgo de quedar despoblado. El 42% de los municipios sufren este fenómeno. Los datos son escalofriantes, pero en el ámbito de la sanidad se vuelven desoladores.

Al contrario que muchos temas de actualidad, en la salud, los vecinos son unánimes. Todos coinciden en que no se merecen la situación que atraviesan. El propio alcalde de Zarzuela de Jadraque, en la provincia de Guadalajara, expresaba las raíces del problema: «El presupuesto de Sanidad en CLM no se incrementó, es más, decreció 1,24%…  En verano, pasamos a ser 500 personas y por regla general, los trabajadores disfrutan de sus vacaciones, la Consejería no cubre las bajas». Por otro lado, Miguel Ángel nos contaba que no disponen de competencias y quedan a merced de las decisiones que se producen en el gobierno de turno.

Sin médicos suficientes

No es ningún secreto que los profesionales de la salud sufren una gran carga de trabajo. Además de la gran cantidad de pueblos en riesgo de despoblación, las distancias con los centros de salud llegan hasta la hora de distancia. Por si fuera poco, las urgencias quedan saturadas en poco tiempo, ya que los sanitarios no llegan. El número es bajo y las condiciones no son excepcionales. Al final, las guardias acaban siendo su marca de identidad. 

Los riesgos radican en la dificultad para detectar enfermedades a tiempo y las complicaciones médicas son constantes. Por ello, lo único que queda en los pueblos es la organización y las juntas vecinales para buscar una solución. Es la única forma de evitar la muerte de sus lugares de residencia a los que guardan un aprecio incalculable.