La selección femenina de hockey patines ha sumado un nuevo éxito a sus vitrinas. El combinado nacional se alzó con su séptimo europeo consecutivo y se convierte en el primer combinado nacional en conseguirlo. Tras derrotar con solvencia a Portugal en la final por un contundente 4-0, consumaban su récord.

El pasado sábado en el Municipal de Olot, las jugadoras cerraban el círculo y volvían a derrotar a Portugal, quien fue su rival en el partido inaugural. Al contrario que en el primer partido, la portería quedó imbatida tras varios sustos desbaratados por Ana Ferrer, guardameta de la selección española. Una vez pasaron los minutos de agobió, la selección no tuvo rival.

Las dos paradas de la guardameta del Fraga dieron alas a las españolas, quienes habían comenzado dormidas y tras estos minutos de zozobra, el partido viró hacía las españolas. Con un lanzamiento desde lejos de Aina se rompía la igualdad y tras este suceso se acabaron las lusas. Finalmente, el marcador arrojó un contundente 4-0 que certificaba la revalidación del título europeo.

El éxito sin repercusión

Los deportes que no disfrutan de una gran repercusión mediática deben recorrer un largo camino hasta obtener una gran visibilidad. En el caso del hockey sobre patines, donde los triunfos son contantes, tanto a nivel masculino como femenino. En la actualidad, la organización ha conseguido el patrocinio de Iberdrola, sin embargo, los títulos no son siempre sinónimo de éxito. Al ser un deporte minoritario, la mayoría de las jugadoras no son profesionales y deben compaginar el deporte con sus trabajos. 

Xavi Moyano, director de la Federación Española, expresó la situación tras conseguir el campeonato: «No, no todas pueden vivir de esto. Por eso lo que logran tiene un mérito brutal. Hay algún contrato y nosotros ayudamos con becas y trabajamos para que los clubes tengan cada vez más personal de alta en la Seguridad Social». Además, Moyano recalcaba el aumento de fichas federativas que se ciernen sobre las 5.000 licencias.

Las jugadoras volverán a disfrutar de un europeo en el año 2025, hasta entonces disfrutarán de su pasión mientras se pueda compaginar con el trabajo.